Estoy en blanco. Todas mis emociones se han difuminado por unas causas o por otras dejándome en el más completo vacío.
Algunas de las emociones han sido suprimidas por mí misma, en un vano intento por hacerme más fuerte. El resto han desaparecido con el tiempo, borradas por la suave brisa de la indiferencia, del odio o simplemente del olvido.
Y así, como el que espera un autobús que nunca llega, me he encontrado sola, vacía, desnuda de sentimientos o de cualquier noción básica de ellos.
Pongo la tele y veo las risas, me anoto a mi misma qué músculos hay que mover e intento imitar sus posturas para parecer normal, para que nadie se dé cuenta de que se me ha olvidado sentir.
Salgo a la calle y miro fijamente qué hacen las chicas de mi edad: cómo se maquillan y cómo se comportan con sus amigas, padres o parejas. Y tomo nota de su falsedad, obcecación, timidez o sus dudas. Intento que no se me olvide nada, porque sé que un simple descuido me dejaría al descubierto.
Voy al cine a ver películas de estreno y tomo nota de cuándo hay que reír, llorar o asustarse; leo libros de autoayuda y psicoanálisis intentando comprender la mente humana y parecerme lo más posible a ella.
Busco cualquier rastro de sentimientos e intento aprendérmelo de memoria, intento sonreír o tocarme el pelo a la vez que esas chicas de la tele o entender los gags de los programas de televisión de prime time. Paso horas delante del espejo ensayando miradas, sonrisas o frases de cortesía.
Pero aún se me quiebra la voz cuando alguien me pregunta qué tal estoy. Aún no he comprendido por qué mentís. Vosotros, que sentís; vosotros, que sois tan privilegiados de sentir el amor, el cariño, el temor por cosas insustanciales... Y aún así seguís mintiendo, haciéndoos daño unos a otros sin importaros aparentemente.
Hola, ¿qué tal?
Bien, ¿y tú?
Bien.

¿Cómo sois capaces? Cómo no se os parte el corazón. Cómo mentís tan descarademente. Cómo no os hace daño hasta tal punto de tener que crear caparazones, levantar muros, alejaros de todo... Hasta dejar de sentir.
Aún no os entiendo, y os prometo que lo intento.

Comentarios

Entradas populares