Tu

¿Lo entendéis? ¿Entendéis ahora por qué odio que la gente escriba mal? Si leéis el título de esta entrada ni os plantearéis la belleza que entraña una palabra de tan sólo dos pequeñas letras y la de magia que hay a su alrededor. ¡Señores! Quizá algunos piensen... ¿qué le ha pasado hoy a Julia que no le ha puesto la tilde?, otros (los más) ni siquiera se fijarán en los errores ortográficos e irán directamente a ver si he puesto alguna foto insinuante: a ambos os digo: piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii error.
Ninguno lleváis razón. Este título es algo más profundo que la falta de una tilde (y, si me apuras, de un punto y final) y, por supuesto, no tengo ninguna intención de poner ninguna foto de nada insinuante (podéis iros ya)... La magia de ese título es precisamente ésa... que ese ''tu'' no es un pronombre personal que designe una realidad con brazos y piernas y un cerebro más o menos desarrollado; no, señores. Ese ''tu'' es un precioso pronombre posesivo. Pro-nombre. Yo veo el título de esta entrada y pienso en los miles, cientos de miles de sustantivos que podrían definir, matizar, dar sentido... Yo veo esa entrada, así, de lejos, y pienso en rosas, mariposas, dolores de cabeza, chocolate, helado de menta, vicks vaporub, pienso en caballitos de mar, señores. Veo el título de esta entrada y miles, cientos de miles de opciones que sólo hace falta terminar de pensar. Veo el principio de una línea de color amarillo, veo confeti todavía en el aire, veo una risa contagiosa en ese momento en el que todavía nadie se plantea dolores en la tripa, veo el instante, el ahora, el momento preciso, este mismo segundo antes de que alguien lo llene de problemas cotidianos, de tonterías mundanas que a nadie le importan realmente. Veo flores multicolores y animales con tres ojos, ¿no lo entendéis? Veo miles de posibilidades al alcance de vuestra mano. Veo un futuro como una página en blanco (como esta misma hasta hace poco), veo un lienzo de pocos euros a punto de ser convertido en obra de arte, veo... siento que nada puede acabar en este mismo instante... Señores, ese título no puede quedarse incompleto y nada malo puede pasar hasta que se cierre.

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