Comentarios

  1. Quien carece de problemas descuella por crearlos: este espacio es una pasarela desbordada de ficciones introspectivas y lamentos hipertrofiados, con solo sentido para quien plumea y la vanidad retorcida de quien los plumea. Sostengo tu vanidad, me permites, y entre las manos se hace a sí sola a la habilidad de inventar/construir/prodigar problemas que no están aunque, naturalmente, se les espera. Esa misma maraña de vanidad, la tuya, muy al alcance del lector, tendida a la mano, sostenida en la mano, se aparece como acuarela bajo aguacero, desteñida y en abigarrado retroceso, con consecuencias para aquel a quien has permitido sostenértela: se me manchan los ojos con lo que se escurre de entre tus dedos. ¿Qué inventarás cuando los lamentos se salgan de tu imaginación y te perforen el bolsillo, la agenda, el cráneo?

    Piensa algo: de cero a ciento sesenta.

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