Hola, julio.




Este año has llegado muy pronto. Con los exámenes, los amigos, el calor de helados en las terrazas y los dolores de cabeza de después del helado casi ni me había dado cuenta de que el tiempo pasa y tú ya estabas llamando a mi puerta. Lento y decidido. A veces supongo que es inevitable pensar en que estoy desaprovechando mi vida, en la de cosas que podría estar haciendo en este momento mientras estoy aquí, sentada en una pequeña silla, en una pequeña habitación, en medio de una ciudad que nunca duerme, y que tampoco me mira. Nuestra relación es fría: ni a mi me gusta Madrid, ni a Madrid le gusto yo. Así que, para intentar que no haya un desastre ambos nos toleramos, sonreímos un poco falsamente cuando nos chocamos en alguna esquina, y tras unas palabras de cortesía, nos alejamos rápidamente para volver a nuestras vidas.
Ah, el tiempo en Madrid pasa tan despacio... A mi modo de ver, hace años que abrí esta página y llevo meses tecleando tonterías mientras las letras aparecen tan despacio en la pantalla... Yo escribo muy rápido , mis dedos casi vuelan sobre el teclado y las ideas que intento transmitir creo que se enredan entre tanto movimiento. Creo que nunca consigo expresar nada de lo que siento porque siempre termino haciendo unos rodeos infinitos. Yo había venido aquí a hablar de ti, julio.
Has llegado de improviso, podrías haber aunque sea mandado un mensjae de texto. Me has encontrado leyendo un mal libro (al que por supuesto, le han otorgado muchos premios) y tumbada en mi cama tocándome el pelo. Me ha dado como pena haberte recibido así. Deberías ser mi mes preferido, pero hay algo en mí que, cada vez que piensa en ti, se revuelve. Los meses de julio (tan pegajosos) no se parecen en nada a mí, y me da rabia cumplir años en un mes así. Un mes tan de no saber qué día es. Un mes tan de vivir con una coleta y buscar sombra para comerte el helado. Un mes tan de pasar el rato mientras te autoengañas diciéndote que lo estás disfrutando. Un mes tan de su posterior arrepentimiento y de ''oh, ¡qué rápido se ha pasado el día, y no he hecho nada!". Un mes tan de nada, de estar y no estar, de nubes de días y polvo de verano, un mes tan difuminado entre canciones cutres y estrenos de películas que sólo me hacen llorar a mí. Un mes tan de borracheras en la playa. Un mes lleno de chicas suspirando por una talla menos. Un mes tan extraño. Un mes que no se sabe si merece la pena. Un mes tan en el medio del calendario. Un mes siete. Un mes veintisiete. Un mes tan de besos de despedida. Un mes tan amargo. Un mes tan salado. Un mes asquerosamente divertido o anodino. Un mes tan de extremos. Un mes tan de juliojuliajulio, tan de quécasualidadqueestésaquí, julio. Un mes tan de buscar miradas de la gente. Un mes tan de mentira. Un mes tan de cumpleaños olvidados.
Pensándolo bien, quizá sí sea exactamente igual que tú, julio. Tan calmada, tan tranquila, tan marmediterráneocongranizado. Tan poco necesaria y aburrida. Tan en medio de todo y de nada. Qué le voy a hacer, ni siquiera yo misma entiendo qué pasa entre nosotros. Empecé esta entrada (hace mil años) pensando que te odiaba, que éramos opuestos: noche y día, Julia y julio, y resulta que somos tan parecidos, tan extrañamente iguales...



Hola, julio: quítate los zapatos, pasa descalzo, no hagas ruido.

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho la entrada sobre Julio, este mes supongo que también es importante para mi por alguna que otra razón. Te encontré porque te seguía en twitter, y mola ver tuiteros que tienen blog xDDD, por lo menos a mi me hace ilusión.
    Bueno, saludos y feliz verano!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares