Deberíamos ser dueños de nuestro destino

¿Os habéis dado cuenta de que todo lo que nos rodea más que rodearnos, nos apresa? Parece que esa bonita relación con tu pareja en vez de hacerte feliz, te ata a tener que salir X días a la semana de su mano, a comprarle un regalo cada mes y mandarle mensajitos si algún día no has podido hablar con ella.
Incluso los detalles sin trascendencia aparente como ser amigo de una persona cualquiera te van a llevar obligatoriamente a tener que asistir a un número de actos variable según sus aficiones que, muy probablemente, no van a coincidir con las tuyas.
Parece que nos vemos apresados a hacer cosas que no nos gustan para agradar a nuestra familia, a conocidos... Tenemos que ir a reuniones aburridas con nuestros antiguos compañeros de clase, que, lógicamente si no hemos visto en estos años es porque no queríamos volver a verlos y estudiar ciclos geológicos que encontraríamos en cualquier página de internet con sólo teclear sus tres primeras letras. Incluso podríamos escribir mal el nombre de Beethoven que google nos lo corregiría.
No digo que no debamos aprender, ni estudiar nada nunca. Me refiero a que deberíamos tomarnos todos las cosas con un poco más de calma. Sin tantos agobios y estrés. Dejar que todo fluya a nuestro alrededor, vivir el momento, el día a día y todas esas tonterías que leemos en los libros de autoayuda.
Yo lo que quiero (no sé vosotros) es que mi vida sea un poquito más dulce, sin prisas, y a ser posible a tu lado.

Comentarios

Entradas populares