.

Y no encontrar nada que te haga perder la cabeza.

Nada que realmente te interese lo suficiente para mover los ochenta músculos que se necesitan para sonreír.

Y aún así seguir levantándote cada mañana, seguir mirándote al espejo mientras te dices a ti mismo: ''Hoy quizá le vea...''

Comentarios

Entradas populares